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HERMANOS MARISTAS 125 AÑOS EDUCANDO EN COLOMBIA- 1889 - 2014

GRUPO JUVENIL DE REMAR (Renovación Marista)

GRUPO JUVENIL DE REMAR (Renovación Marista)

REMAR-MARCHA-NAVEGAR en Travesías-Rutas-Etapas

 

 

PRIMERA TRAVESÍA-ETAPA-RUTA:

-       Lugar en el proceso catecumenal: “Pre-evangelización”

-       Lema desde la opción por la vida: "Descubrir y acoger la vida"

 

·        Objetivo de la primera travesía-ruta etapa

 

            Generar espacios de encuentro en donde el adolescente pueda construir “un lugar” en el cual descubrirse como ser en relación consigo mismo, con los demás, con Dios y con su entorno y percibir la sed de vida que lleva en su interior hasta abrirse a la invocación.

 

·        Valor fundamental de la etapa: la comunicación

 

            Proponemos la comunicación como valor central de esta etapa: puente hacia el mundo exterior –conocimiento y apertura de lo que vive el otro, respeto de la diversidad y originalidad de cada uno, compromiso en la transformación del entorno cotidiano-,  y también hacia su mundo interior –reconocimiento de su personalidad única y original, con una historia de luces y sombras.

            Comunicarse es darse cuenta de la presencia de los demás, que los demás se percaten de la suya, y que cada uno se reconozca a sí mismo como sujeto de un universo de relaciones.

 

·        Dinámica de crecimiento según las cuatro relaciones fundamentales

 

 

SEGUNDA TRAVESÍA-RUTA-ETAPA:

-       Lugar en el proceso catecumenal: Evangelización específica

-        Lema desde la opción por la vida: "En Jesús, la vida"[1]

 

·        Objetivo de la segunda travesía-ruta-etapa

 

            Generar lugares donde el adolescente pueda construir grupo conociéndose a sí mismo, a los demás, a Cristo -el que da respuesta a sus preguntas de sentido- y sensibilizarse ante el valor de la persona humana "sin pasar de largo" cuando la encuentra en dificultad.

 

·        Valor fundamental de la etapa: la interiorización

 

            En medio de una sociedad fuertemente marcada por el materialismo, el hedonismo, la superficialidad y la incapacidad para la contemplación, en la segunda etapa del movimiento, proponemos el valor de la interiorización. "La dimensión de la interioridad descubre al hombre sus posibilidades más profundas al mismo tiempo que sus limitaciones: le facilita el acceso al núcleo de la persona, allí donde el ser se abre a Dios. Así como el materialismo es caminar de espaldas al misterio, la interiorización es un movimiento de apertura a Dios. Educar en la interioridad es educar en la  experiencia de "ser", de la gratuidad del don de Dios. Es educar en la capacidad de contemplación, para saber leer  en lo profundo de los acontecimientos, de las cosas, de las personas; para descubrir su "transparencia" o sacramentalidad".[2]

 

            La tarea pedagógica del Movimiento en esta etapa es introducir a los adolescentes para que progresivamente se conviertan en hombres y mujeres "interiores" dejándose conducir por el Espíritu de Dios. Se trata de permitir que Dios habite en cada uno de nosotros. La invitación constante que debemos hacer y las herramientas que vamos a proporcionar tienen que ayudar a que el joven pueda centrar el corazón en la interioridad. "Donde esté tu tesoro allí está tu corazón" (Mt 6, 21). Esta es, pues, la tarea: recuperar el corazón para la interioridad.

 

·        Dinámica de crecimiento según las cuatro relaciones fundamentales

 

 

TERCERA TRAVESÍA-RUTA-ETAPA

-       Lugar en el proceso catecumenal: Evangelización específica

-       Lema desde la opción por la vida: “Con Jesús, de cara a la Vida”[3]

 

 

·        Valor fundamental de la etapa: el compromiso

 

     Con el valor de la tercera etapa, el compromiso, se ayuda al adolescente a descubrir los dones que el Señor puso en su corazón y se le invita a iniciarse en la entrega de los mismos a los demás.

     Se acompaña al adolescente a salir de las antiguas vivencias propias de la niñez y a ayudarlo a comprometerse con la necesidad del otro.

     El “vacío” que la persona produce al darse a los demás, lo colman miles de corazones agradecidos, de sonrisas reconocidas, de la presencia del “Amigo-Jesús-Necesitado”, con quien uno se topa a cada paso. En efecto, fue Jesús quien exclamó: “¡en verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de estos mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo!" (Mt.25,40)

 

Dinámica de crecimiento según las cuatro relaciones fundamentales


 

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