PERDÓN
No podría retirarme sin pronunciar
esa palabra que tantas veces, te debí de haber dicho, pero que por negligencia y orgullo he callado, perdón, Señor, por mis errores, descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad, por mi necedad y capricho, por mi silencio y mi excesiva locuacidad.
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