Cuarto día : Marcelino y su amor a los enfermos.
San Marcelino, cuando estabas al servicio de las gentes de La Vallá, nada podía impedirte visitar a los enfermos : ni el mal tiempo, ni la lluvia, ni la nieve, ni las largas distancias a través de los duros senderos de la montaña. Nuestra historia comenzó en los ojos de un muchacho abandonado, que entregándose a la muerte, conmovió tu corazón.… Que tu ejemplo inspire a otras personas el cuidado a los enfermos. Ayúdanos a comprender que los enfermos pueden ser fuente de bendición para nosotros, para nuestras familias, nuestras comunidades y nuestro entorno.
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